viernes, 16 de agosto de 2013

Gobiernos locales innovadores y descentralizados

           Introducción
        Durante estos últimos años estamos percibiendo  cambios profundos y acelerados en el terreno de la política y de las políticas públicas locales. En el nuevo contexto global, los ámbitos locales salen fortalecidos como espacios de construcción de proyectos colectivos, de profundización de la ciudadanía y de satisfacción de necesidades. Los gobiernos locales incorporan a sus agendas cuestiones emergentes (sostenibilidad, cooperación al desarrollo, diversidad cultural, nuevos espacios educativos, nuevos yacimientos de empleo...). Por otra parte, las políticas locales ya no pueden tratar dichas cuestiones desde concepciones clásicas: la innovación democrática, la articulación de redes, la activación del capital social... ya no operan sólo como referentes normativos sino como valores practicables y hasta como requisitos para la resolución eficaz de problemas.
             Una ventaja para enfrentar estos retos de una manera eficiente y eficaz, son los gobiernos cuya administración es descentralizada. Al no darse un correcto proceso de descentralización, repercute en una ineficiencia estatal, la cual en muchos casos el Poder Ejecutivo, comete yerros creando nuevos órganos para enfrentar la ineficiencia, sin realizar una revisión de su estructura organizacional administrativa, incrementando las entidades públicas que traba la evolución de un Estado, obligando a revitalizar el sector con acciones forzosas.
            Estas condiciones de nuevos retos versus descentralización, obliga a ser más competitivo e innovadores en la construcción de políticas públicas, se satisfagan todas las necesidades para desarrollar gobiernos locales más participativos.

 Desarrollo
            El innovar es enfrentar los hechos de manera novedosa para obtener mejores resultados, mediante el empleo de técnicas y procedimientos, más eficientes y eficaces, que faciliten el logro de resultados más efectivos. El municipio ha debido hacerse cargo en estas últimas décadas, en un contexto de restricciones presupuestarias, vinculadas a una presión tributaria débil y a recursos estables, de funciones tradicionalmente reservadas a otros niveles estatales. Hasta entonces el gobierno local había tenido un papel pasivo, ocupándose básicamente de tres tipos de funciones: la regulación y control de la infraestructura urbana y de las actividades económicas que se realizaban en su territorio; el compromiso de velar por la acción social directa de la pobreza extrema y la función administrativa del gobierno local.
            Entre los nuevos temas de la agenda municipal se cuentan el desarrollo sustentable, la regulación       de los servicios públicos, la seguridad ciudadana y los vinculados al desarrollo económico local. Sin embargo, el mayor cúmulo de nuevas temáticas se ha producido en el área social, produciéndose una rediseño de la función del gobierno local. Los temas tradicionales se limitaban a la atención de la pobreza y de la salud de los sectores que, en el Estado del bienestar, se encontraban por fuera de los márgenes del empleo estable y del sistema de obras sociales sindicales. La crisis del Estado del bienestar a escala nacional con las reformas estructurales de los noventa significó la aparición de nuevos temas que antes no se consideraban de incumbencia estatal, sea por las dificultades en el financiamiento tradicional de estas acciones, sea por descentralización hacia el gobierno local de funciones antes de carácter provincial o nacional.
            Ahora bien, las naciones federales, que gozan de constitución federal y estatales, que tiene soberanía cuya administrativa es descentralizada, entendida como,  [Fernández, Jorge. Pág.485.2011-1] la transferencia de un determinado centro de toma de decisiones, un conjunto de atribuciones, funciones, facultades, actividades y recursos que se hallan, respecto del centro, en una situación de cierta subordinación, más no una relación de jerarquía, tienen la ventaja de aumentar la participación democrática de la población en la solución de sus problemas más cercanos y un mecanismo útil para racionalizar la gestión pública. Segundo, existe una mayor congruencia entre las demandas de servicios y la oferta realizada a través del gasto público.
            Estas loables características del nuevo federalismo, con tonos de mayor participación del gobernar local, requieren políticas públicas acompañadas de fondos federales y estatales, los cuales en muchos casos no llega, debido a la alta dependencia del federal. Está problemática corresponde a la baja recaudación y/o evasión  de la participación del cobro de impuestos; obligando a los gobiernos locales innovar de todas las direcciones: [Tarr, A. Pág. 59] diversificando los ingresos.
            Esto es sumamente importante, corregir está dependencia, debido al hecho [Tarr, A. Pág. 58] de que los estados dependan de sus propios ingresos permite incrementarlos  por sí mismos, teniendo completa discrecionalidad en la forma de utilizar sus fondos. En muchos sistemas federales, los fondos distribuidos por el gobierno nacional a los gobiernos estatales pueden estar restringidos. Otra  ventaja es que, en tanto los estados dependan de sus propios ingresos fiscales, son menos afectados por problemas presupuestarios a nivel nacional.
            Paralelamente la capacidad institucional como una mayor competencias locales que permitan una gobernanza local, dotando al gobernar de calidades [Tarr, A. Pág. 60]  de veto absoluto de un asunto o el veto particular sobre algunos aspecto del proyecto, sin votar el proyecto en su totalidad. Adicionalmente, el poder de nombramiento del gobernador fue extendido, de tal manera que ahora ejerce mucho más control sobre el personal y operaciones del ramo administrativo.
            Estos cambios en materia de mayores ingresos propios y mayor capacidad, facultan a los gobiernos locales laborar con un mayor rango de toma de decisiones, construyendo políticas más a la naturaleza del estado, generando una gobernabilidad local que mire hacia el futuro, cuyo funcionamiento es modelado por la presencia de nuevos sujetos colectivos, más independientes e interdependientes en sus actividades.

Conclusión
Es de reconocer las limitaciones y obstáculos que tiene los gobiernos locales en la eficacia y eficiencia de la gestión administrativa de las municipalidades. La maraña constitucional, en muchos casos ha repercutido a no organizar y/o presupuestar los recursos públicos en función de las prioridades que se desprendan de un plan de políticas públicas para enfrentar  el empleo, la juventud, la cultura, la discapacidad, la minoridad, la tercera edad, los problemas de género, la droga dependencia, la vivienda y aún la educación.  
En cierta forma, el gobierno local se ha transformado en el último nivel en el cual se mantienen las aspiraciones y las lógicas del Estado de bienestar: si bien el empleo estable no garantiza los reaseguros y beneficios sociales que caracterizaban al Estado de bienestar, estos valores de políticas compensatorias de las desigualdades sociales.
Es claro, que la fortaleza financiera de los municipios deberá estar orientada a  tener como base la capacidad de gestión de recursos propios. Tanto de los llamados "tradicionales", impuesto predial y cobro de servicios públicos, como de formas novedosas y que signifiquen un cambio radical en forma de obtener recursos: régimen de pequeños contribuyentes y recuperación de sus potestades tributarias.
Aunque en muchos casos se han aumentado las competencias de los gobiernos locales, dando mayor poder al gobernador, es fundamental profesionalizar al servidor público,  debido a la aplicación de muchas políticas y procesos  públicos, que obligan a tener conocimiento y manejo de dichas gestiones administrativas.
Además todos los gobiernos locales están comprometidos en aumentar la diversificación e innovación de sus servicios, siendo esta última la sobrevivencia de los estatales, que permitirá a tener una mayor sostenibilidad, nuevos yacimientos de empleo, diversidad cultural y una renovada proyección social.

      Bibliografía
4.1 Bibliografía referencia
Pegoraro, Lucio [2011]. Ensayos sobre Justicia Constitucional. Parte III. “La descentralización” pág. 233- 269.
Tarr, Alan [2008]: “Los estados como innovadores” en D. Barceló Rojas y P. Torres Estrada (Comp.) La reforma del Estado: experiencia mexicana y comparada de las entidades federativas, México, Porrúa, SCJN, EGAP y UNAM 2008.

4.1 Bibliografía consultada


Fernández Ruiz, Jorge [2011-1]. Derecho administrativo y administración pública. Descentralización administrativa. Editorial Porrúa. México