Introducción
Durante estos últimos años estamos percibiendo
cambios profundos y acelerados en el terreno
de la política y de las políticas públicas locales. En el nuevo contexto
global, los ámbitos locales salen fortalecidos como espacios de construcción de
proyectos colectivos, de profundización de la ciudadanía y de satisfacción de
necesidades. Los gobiernos locales incorporan a sus agendas cuestiones
emergentes (sostenibilidad, cooperación al desarrollo, diversidad cultural,
nuevos espacios educativos, nuevos yacimientos de empleo...). Por otra parte,
las políticas locales ya no pueden tratar dichas cuestiones desde concepciones clásicas:
la innovación democrática, la articulación de redes, la activación del capital
social... ya no operan sólo como referentes normativos sino como valores
practicables y hasta como requisitos para la resolución eficaz de problemas.
Una ventaja para enfrentar estos retos de una
manera eficiente y eficaz, son los gobiernos cuya administración es
descentralizada. Al no darse un correcto proceso de descentralización,
repercute en una ineficiencia estatal, la cual en muchos casos el Poder
Ejecutivo, comete yerros creando nuevos órganos para enfrentar la ineficiencia,
sin realizar una revisión de su estructura organizacional administrativa,
incrementando las entidades públicas que traba la evolución de un Estado,
obligando a revitalizar el sector con acciones forzosas.
Estas condiciones de nuevos retos
versus descentralización, obliga a ser más competitivo e innovadores en la
construcción de políticas públicas, se satisfagan todas las necesidades para
desarrollar gobiernos locales más participativos.
Desarrollo
El
innovar es enfrentar los hechos de manera novedosa para obtener mejores
resultados, mediante el empleo de técnicas y procedimientos, más eficientes y
eficaces, que faciliten el logro de resultados más efectivos. El municipio ha
debido hacerse cargo en estas últimas décadas, en un contexto de restricciones
presupuestarias, vinculadas a una presión tributaria débil y a recursos
estables, de funciones tradicionalmente reservadas a otros niveles estatales.
Hasta entonces el gobierno local había tenido un papel pasivo, ocupándose
básicamente de tres tipos de funciones: la regulación y control de la
infraestructura urbana y de las actividades económicas que se realizaban en su
territorio; el compromiso de velar por la acción social directa de la pobreza
extrema y la función administrativa del gobierno local.
Entre
los nuevos temas de la agenda municipal se cuentan el desarrollo sustentable,
la regulación de los servicios
públicos, la seguridad ciudadana y los vinculados al desarrollo económico
local. Sin embargo, el mayor cúmulo de nuevas temáticas se ha producido en el
área social, produciéndose una rediseño de la función del gobierno local. Los
temas tradicionales se limitaban a la atención de la pobreza y de la salud de
los sectores que, en el Estado del bienestar, se encontraban por fuera de los
márgenes del empleo estable y del sistema de obras sociales sindicales. La
crisis del Estado del bienestar a escala nacional con las reformas
estructurales de los noventa significó la aparición de nuevos temas que antes
no se consideraban de incumbencia estatal, sea por las dificultades en el
financiamiento tradicional de estas acciones, sea por descentralización hacia
el gobierno local de funciones antes de carácter provincial o nacional.
Ahora bien, las naciones federales, que
gozan de constitución federal y estatales, que tiene soberanía cuya
administrativa es descentralizada, entendida como, [Fernández,
Jorge. Pág.485.2011-1] la transferencia de un determinado centro de toma de
decisiones, un conjunto de atribuciones, funciones, facultades, actividades y
recursos que se hallan, respecto del centro, en una situación de cierta
subordinación, más no una relación de jerarquía, tienen la ventaja de aumentar
la participación democrática de la población en la solución de sus problemas
más cercanos y un mecanismo útil para racionalizar la gestión pública. Segundo,
existe una mayor congruencia entre las demandas de servicios y la oferta
realizada a través del gasto público.
Estas loables características del
nuevo federalismo, con tonos de mayor participación del gobernar local,
requieren políticas públicas acompañadas de fondos federales y estatales, los
cuales en muchos casos no llega, debido a la alta dependencia del federal. Está
problemática corresponde a la baja recaudación y/o evasión de la participación del cobro de impuestos;
obligando a los gobiernos locales innovar de todas las direcciones: [Tarr, A. Pág. 59] diversificando los
ingresos.
Esto es sumamente importante,
corregir está dependencia, debido al hecho [Tarr, A. Pág. 58] de que los estados dependan de sus propios
ingresos permite incrementarlos por sí
mismos, teniendo completa discrecionalidad en la forma de utilizar sus fondos.
En muchos sistemas federales, los fondos distribuidos por el gobierno nacional
a los gobiernos estatales pueden estar restringidos. Otra ventaja es que, en tanto los estados dependan de
sus propios ingresos fiscales, son menos afectados por problemas presupuestarios
a nivel nacional.
Paralelamente la capacidad
institucional como una mayor competencias locales que permitan una gobernanza
local, dotando al gobernar de calidades [Tarr,
A. Pág. 60] de veto absoluto de un
asunto o el veto particular sobre algunos aspecto del proyecto, sin votar el
proyecto en su totalidad. Adicionalmente, el poder de nombramiento del
gobernador fue extendido, de tal manera que ahora ejerce mucho más control
sobre el personal y operaciones del ramo administrativo.
Estos cambios en materia de mayores
ingresos propios y mayor capacidad, facultan a los gobiernos locales laborar
con un mayor rango de toma de decisiones, construyendo políticas más a la
naturaleza del estado, generando una gobernabilidad local que mire hacia el
futuro, cuyo funcionamiento es modelado por la presencia de nuevos sujetos
colectivos, más independientes e interdependientes en sus actividades.
Conclusión
Es
de reconocer las limitaciones y obstáculos que tiene los gobiernos locales en
la eficacia y eficiencia de la gestión administrativa de las municipalidades.
La maraña constitucional, en muchos casos ha repercutido a no organizar y/o
presupuestar los recursos públicos en función de las prioridades que se
desprendan de un plan de políticas públicas para enfrentar el empleo, la juventud, la cultura, la
discapacidad, la minoridad, la tercera edad, los problemas de género, la droga
dependencia, la vivienda y aún la educación.
En
cierta forma, el gobierno local se ha transformado en el último nivel en el
cual se mantienen las aspiraciones y las lógicas del Estado de bienestar: si
bien el empleo estable no garantiza los reaseguros y beneficios sociales que caracterizaban
al Estado de bienestar, estos valores de políticas compensatorias de las
desigualdades sociales.
Es claro, que la fortaleza financiera de los
municipios deberá estar orientada a
tener como base la capacidad de gestión de recursos propios. Tanto de
los llamados "tradicionales", impuesto predial y cobro de servicios
públicos, como de formas novedosas y que signifiquen un cambio radical en forma
de obtener recursos: régimen de pequeños contribuyentes y recuperación de sus
potestades tributarias.
Aunque
en muchos casos se han aumentado las competencias de los gobiernos locales,
dando mayor poder al gobernador, es fundamental profesionalizar al servidor
público, debido a la aplicación de muchas
políticas y procesos públicos, que
obligan a tener conocimiento y manejo de dichas gestiones administrativas.
Además
todos los gobiernos locales están comprometidos en aumentar la diversificación
e innovación de sus servicios, siendo esta última la sobrevivencia de los
estatales, que permitirá a tener una mayor sostenibilidad, nuevos yacimientos
de empleo, diversidad cultural y una renovada proyección social.
Bibliografía
4.1
Bibliografía referencia
Pegoraro, Lucio [2011].
Ensayos sobre Justicia Constitucional. Parte III. “La descentralización” pág.
233- 269.
Tarr, Alan [2008]:
“Los estados como innovadores” en D. Barceló Rojas y P. Torres Estrada (Comp.)
La reforma del Estado: experiencia mexicana y comparada de las entidades
federativas, México, Porrúa, SCJN, EGAP y UNAM 2008.
4.1
Bibliografía consultada
Fernández Ruiz, Jorge [2011-1].
Derecho administrativo y administración pública. Descentralización
administrativa. Editorial Porrúa. México