viernes, 9 de junio de 2017

Análisis de la planificación e implementación proyecto biodiesel Chiapas, México

Resumen

Este texto es el reporte de una evaluación crítica sobre el proceso de planificación e implementación de proyecto de Biodiesel por parte del Gobierno de Chiapas, que funciona  desde el 30 de Diciembre de 2010. El proyecto se encuentra atravesando una situación crítica debido a los resultados obtenidos en la primera fase de su implementación. Por otra parte, la administración actual del Gobierno de Chiapas, no ha definido si el proyecto deberá seguir bajo la figura de un instituto o si es más adecuado incorporarlo a la administración centralizada bajo la figura de un área directiva.

Para este análisis, cuya información fue recabada a través de las técnicas de análisis documental y entrevistas, se utilizará un marco conceptual que tiene tres partes:

a)    Análisis de marco jurídico para la implementación de proyectos de biocombustibles en México
b)    Análisis de planificación del proyecto
c)    Análisis de la implementación del proyecto

El estudio determinó que existe un adecuado marco legal para la implementación del proyecto, pero un posible problema de aprovechamiento y gestión de ese marco legal. Por otra parte, se determinó que existe un problema de indefinición sobre la institucionalidad del proyecto. En lo referente a la implementación, la relación con los campesinos proveedores y la ciudadanía han determinado “juegos de implementación” con efectos negativos sobre el ciclo del proyecto. Si se toman algunos correctivos, el proyecto puede tener viabilidad futura.

Por otra parte, no se debe olvidar que los biocombustibles, entre ellos el biodiesel, no son una panacea. Poseen varias limitaciones: requieren importantes extensiones de tierra y alto consumo de agua para la producción de materias primas, están generando monocultivos y amenazas la flora y fauna autóctona de varios ligares debido a la presión que ejercen para la expansión de la frontera agrícola. Existen un déficit de información sobre el desarrollo sustentable de biocombustibles que se acople a las soluciones ecológicas, se mejore su productividad sin amenazar la soberanía alimentaria y que finalmente. Los biocombustibles pueden ser los combustibles del futuro, sin embargo, la regulación y el rol de los estados será fundamental para que sean una solución y no parte del problema.

ANALISIS DE LA PLANIFICACIÓN E IMPLEMENTACIÓN DEL PROYECTO BIODIESEL DEL GOBIERNO DE CHIAPAS – MEXICO
2011 – 2012


1.   Introducción

1.1.        Objetivos del trabajo

El objetivo general del trabajo que se reporta en este informe consistió en realizar una evaluación crítica sobre el proceso de planificación e implementación de proyecto de Biodiesel por parte del Gobierno de Chiapas, que funciona a través de un instituto creado el 30 de Diciembre de 2010. El proyecto se encuentra atravesando una situación crítica debido a los resultados obtenidos en la primera fase de su implementación.

Por otra parte, la administración actual del Gobierno de Chiapas[1], no ha definido si el proyecto deberá seguir bajo la figura de un instituto o si es más adecuado incorporarlo a la administración centralizada bajo la figura de un área directiva. Partiendo de este contexto,  se determinó la necesidad de realizar una evaluación del proyecto en un periodo que comprende desde la el mismo creación hasta el 31 de Diciembre de 2012.

Se plantearon los siguientes objetivos específicos al trabajo:

a)    Determinar los principales problemas y oportunidades que detectó la administración del Gobierno de Chiapas antes del diseño y durante la implementación del proyecto.
b)    Determinar la relación entre los problemas y oportunidades que motivaron la creación del proyecto y el diseño institucional, planificación e implementación del mismo.
c)    Analizar y extraer conclusiones relativas al cumplimiento de metas del proyecto.
d)    Elaborar un análisis sobre impactos a nivel de stakeholders del proyecto.
e)    Realizar un análisis el marco jurídico nacional e institucional para determinar la factibilidad de llevar a cabo proyectos de producción de biocombustible desde los gobiernos locales.
f)     Establecer propuestas de solución a los problemas detectados en la planificación e implementación del proyecto que pudieran ser considerados en una siguiente fase de implementación del mismo.
 1.2.        El Biodiesel como alternativa a los combustibles fósiles

El desarrollo vertiginoso de nuestras sociedades desde el siglo pasado ha venido acompañada de un consumo voraz de los recursos naturales, acompañado de su desgaste y preocupantes efectos sobre el ambiente, especialmente derivados del consumo de combustibles fósiles.
De acuerdo a datos de la Association for the Study of Peak Oil and Gas (ASPO), el mundo ha consumido ya más de la mitad del petróleo existente. De los 42 países más productores de petróleo, 30 ya han superado su pico de extracción de petróleo. De acuerdo con datos proporcionados por PEMEX, México ha consumido a la fecha el 60% de su capacidad y le restarían 18 años de reservas petroleras[2] al ratio de exploración y explotación actual.[3] Con el petróleo empezando su “curva hacia abajo”, los precios se han ido incrementando debido a su menor disponibilidad. Por otra parte, de acuerdo con el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz con el consumo de recursos naturales (especialmente el petróleo) se da un fenómeno al que denomina la “maldición de los recursos”. De acuerdo con Stiglitz "los precios de los recursos naturales son inestables y resulta difícil gestionar esa inestabilidad;  no crean puestos de trabajo por sí mismos y, lamentablemente, con frecuencia desplazan a otros sectores económicos. " Por ello resulta urgente la búsqueda de alternativas energéticas, que sean amigables con el ambiente, que genere empleo, rentable y sostenible.
En los últimos años, se han empezado a buscar alternativas al desastroso  manejo de los recursos y al desequilibro entre desarrollo y ambiente. Han surgido propuestas y primeros ensayos de nuevos modelos energéticos de cara a la construcción de una nueva matriz energética. Este nuevo modelo "se integra por las energías tradicionales (carbón,  petróleo, hidráulica) y las nuevas que se integran (gas y nuclear), la solar, la eólica, la procedente de mar, de origen biológico (biocombustibles[4]), la geotérmica, etc."[5] Este modelo incorpora la variable de ahorro energético y un componente de innovación en la producción de soluciones, entre las cuales se encuentra la generación de los biocombustibles como alternativa a los combustibles fósiles.
Los biocombustibles son carburantes que proceden de la transformación de materia orgánica. Es posible obtenerlos a partir de la biomasa procesada de cultivos como el trigo, la soya y el maíz, o provenientes de vegetales oleaginosos como la palma, el piñón, el girasol y la caña de azúcar. El bioetanol, el biodiésel y el biogás, son biocombustibles que se han posicionado como eventuales sustitutos de la gasolina, diesel e incluso para la producción de energía eléctrica termoeléctrica.
Los biocombustibles que se generan a partir de cultivos son denominados de primera generación. Sin embargo, los biocombustibles han evolucionado. Existen aquellos de segunda generación (a partir de microalgas y residuos orgánicos bajos en carbón como el piñón), tercera generación (cultivos genéticamente modificados) y de cuarta generación (balance entre uso de carbono del combustible y captura de carbono del cultivo utilizado).
Los países industrializados y ahora los países en desarrollo, incluyendo a los de América Latina y el Caribe, ven a los biocombustibles como una forma de abordar una serie más amplia de objetivos de política, que abarca desde seguridad energética a mejoras en el resultado de la balanza de pagos, pasando por el desarrollo rural, la promoción de exportaciones y el cumplimiento de objetivos ambientales (Duffey, 2011).
Si bien es casi indudable el beneficio de los biocombustibles, potencial para sustituir a los combustibles fósiles dado el avance tecnológico y el apoyo político nacional y multinacional[6] que se le ha dado al tema, esta alternativa tiene algunas limitaciones que es importante analizar, especialmente respecto a los biocombustibles de primera y segunda generación. Estos requieren importantes extensiones de tierra para el cultivo[7] de la materia prima y un consecuente gasto de agua para su riego y para el propio procesamiento del combustible. Estos biocombustibles destinan alimentos para generación de carburantes o muchas veces hacen que los cultivos de alimentos sean reemplazados (caso del piñón). Este hecho ha sido sumamente criticado desde un enfoque de soberanía alimentaria y uso del agua[8]. En algunos casos, la extensión de la frontera agrícola para “cultivar biocombustibles” ha llegado a poner en riesgo la biodiversidad propia de algunas zonas. Todas estas consideraciones han llegado a que muchos pidan que los biocombustibles se llamen agrocombustibles y sinceren su naturaleza.
Por otra parte el biocombustible no puede usarse en un 100%. Debe mezclarse con gasolina o diesel para que no exista la necesidad de aplicar modificaciones a los motores de los vehículos. Por otra parte, la capacidad de aumentar la proporción de biocombustible en la mezcla se reduce en lugares de climas fríos, debido a que una mezcla muy alta puede generar daños a los motores al momento de arranque en frío (Rodríguez, 2013).      
A pesar de las limitaciones y problemas que pueden desencadenarse por la producción de biocombustibles, existen formas de aprovechar su producción de manera inteligente y precuatelando al ambiente. Ello implica, en primer lugar la realización de un adecuado diagnóstico de su situación particular – identificación de potencial de producción, cultivos energéticos adecuados y si acaso existen tierras disponibles – y sólo dependiendo de este resultado establecer objetivos de política para el desarrollo de biocombustibles de manera sustentable y maximizando el beneficio social a un costo razonable. Asimismo, el diseño e implementación de salvaguardias adecuadas para no originar problemas sobre la seguridad alimentaria y no expandir la frontera agrícola hacia zonas no aptas resulta es crucial.
Sin este involucramiento del gobierno con políticas públicas bien diseñadas, y en coordinación con otros actores relevantes, es poco probable que el sector se pueda desarrollar en forma efectiva o realizar una contribución significativa a la urgente tranformación de la matriz energética del planeta.

1.3.        Antecedentes sobre el Proyecto Biodiesel – Chiapas

En Chiapas - México, la producción de biocombustible pretendió en un inicio (Valero Padilla, 2011) producir biodiesel por medio de plantaciones de piñón para utilizarlo en el sistema de transporte público local. El 8 de diciembre del 2006 fue creada la Comisión de Bioenergética. Al año siguiente se transformo en el Instituto de Bioenergética y Energía Alternativas del Estado de Chiapas.

El proyecto Biodiesel Chiapas consideró inicialmente como materia prima para la elaboración de este biocombustible la jatropha curcas, o piñón. Para ello se motivó y apoyó a varios campesinos a sembrar esta materia prima en detrimento de otro tipo de cultivos. Sin embargo, luego de tomadas las primeras acciones, se determinó que el hecho de producirlo a través de esta materia prima era bastante costoso. Por esta razón se decidió por dar un giro al proyecto y generar el biocombustible a partir de aceite vegetal y grasa animal adquirido a diversos comercios de la ciudad, con un permiso que el mismo Gobierno del Estado de Chiapas, proporcionó al Instituto. Esto generó gran inconformidad en muchos campesinos que habían dejado de producir otro sembríos como maíz y frijol para sembrar piñón, que ahora ya no tenía un mercado garantizado.

Por otra parte, el proyecto preveía que el transporte público urbano se movilizaría con biodiesel en un 100%.  No obstante la mezcla final resultó fue la denominada  B20, es decir 80% diesel y 20% biodiesel. Cuando la ciudadanía vio que las unidades de transporte urbano acudían a las estaciones de servicio de Petróleos Mexicanos (PEMEX), se generó una nueva fuente de inconformidad. Es de señalar que la única estación de servicio de biodiesel en México se encuentra en Chiapas, con el permiso de comercialización otorgado por la Secretaría de Energía de México (SENER).

Por esta razón, el presente proyecto consiste en hacer una evaluación sobre la planificación e implementación del proyecto Biodiesel Chiapas para determinar los errores (y causas de los mismos) cometidos y vías para su solución.

1.4.        Marco conceptual

De manera muy breve, el marco conceptual y análitico de este PBL se divide de la siguiente manera:

d)    Análisis de marco jurídico para la implementación de proyectos de biocombustibles en México sobre la base del marco analítico del jurista David Trubek (1974) y su “institucionalismo legal”[9]
e)    Análisis de planificación de la política para lo cuál nos basaremos en los aportes de Aguilar Villanueva (2004) en lo referente al desarrollo de la política pública como una disciplina académica
f)     Análisis de la implementación, donde retomaremos el marco analítico que plantea el propio Aguilar Villanueva en su texto sobre la Implementación de las políticas (2009) y sus referencias a Pressman y Wildavsky (1973) y Eugene Bardach (1977).

2.   Desarrollo del análisis

2.1.        Metodología[10]

La propuesta metodológica para este trabajo tuvo como objeto recabar información para responder a una serie de preguntas: 
·         ¿Cuáles fueron las principales motivaciones (problemas u oportunidades de desarrollo) que motivaron la creación del proyecto Biodiesel Chiapas?
·         ¿Quienes son los actores (públicos, privados y de la sociedad civil) del proyecto?
·         ¿A quienes beneficia directa e indirectamente este proyecto?
·         ¿Respondió el diseño del proyecto Biodiesel Chiapas a los problemas y/o oportunidades planteados originalmente?
·         ¿Es redituable o no el proyecto de Biodiesel Chiapas en el Estado?.
·         ¿ Quiénes son los  principales consumidores?
·         ¿Cuál es el marco legal e institucional en que se enmarca el desarrollo de un proyecto de Biodiesel? Permite este marco un adecuado desarrollo de este tipo de proyectos?
Se establecieron tres métodos para el levantamiento de información para evaluar la planeación y evaluación del proyecto en el periodo 2011 - 2012[11]:
1.    Revisión documental y de marco jurídico
2.    Entrevistas semi-estructuradas
3.    Grupos de enfoque

2.1.1.   Revisión documental y de marco jurídico

La revisión documental permitió recabar datos cualitativos para la evaluación ex – post del proyecto Biodiesel. Se revisaron registros institucionales del proyecto y las instituciones relacionadas con el mismo dentro de la administración del Gobierno del Estado de Chiapas.

Como parte del proceso de revisión documental, se realizó una revisión de marco jurídico para la viabilidad del proyecto en donde se abordaron los siguientes elementos: Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Constitución Política del Estado de Chiapas, Decreto de Creación de Biodiesel Chiapas y la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos.

Por otra parte, se revisó bibliografía general sobre el tema de Biocombustibles e implementación de proyectos en México y otros países de la región que permitan tener una visión comparada para el análisis.

2.1.2.   Entrevistas semi – estructuradas

Se ha escogió para este trabajo la realización entrevistas[12] semi - estructuradas para llevar a cabo las indagaciones, de manera que la persona que aplique la metodología deberá tener un cuestionario específico (guía de preguntas) pero a la vez tendrá la libertad de reformular las preguntas y profundizar en el tema a través de la realización de nuevas preguntas de tipo abiertas o cerradas. En algunos casos, el equipo se vio obligado a remitir los cuestionarios por correo electrónico, caso en los cuáles la modalidad de entrevista pasó a ser “estructurada.”

Las entrevistas se aplicaron a varios los funcionarios involucrados en el proyecto Biodiesel y funcionarios de PEMEX.[13] 


2.1.3.   Grupo de enfoque con campesinos beneficiarios/perjudicados


Se planteó originalmente la realización de un grupo de enfoque[14] a 4 – 5 personas sobre el proyecto aplicado a los campesinos partícipes del proyecto Biodiesel. Se elaboró una guía metodológica para que la compañera residente en Chiapas pudiera aplicar la técnica. Sin embargo, finalmente fue imposible llevar a término esta recolección de información debido a la negativa del dirigente de la Unión de Bioenergéticos de Chiapas, Antolín Morales Vásquez, quien en un principio accedió a la petición del equipo de trabajo[15]. Esta negativa puede explicarse por la difícil situación que atraviesa el proyecto.

Con estas consideración, el equipo de trabajo determinó que la opinión de Unión de Bioenergéticos de Chiapas podría recabarse de manera indirecta en notas de prensa. Ejemplo de ello es una entrevista realizada por un periódico local del Estado de Chiapas de nombre “Cuarto poder”  en que se recogen declaraciones actuales del Sr. Antolín Morales Vásquez.

2.2.        Análsisis de marco jurídico[16]

Se estableció como hipótesis de trabajo la necesidad de realizar un análisis de la normativa vigente ante la posibilidad de que esto pueda ser un limitante, no solo al desempeño del proyecto Biodiesel Chiapas, sino al desarrollo de proyectos de Biocombustibles desde el ámbito de los Gobiernos locales. A continuación se presenta esta parte del análisis de manera breve:

En materia de desarrollo de biocombustibles, en los últimos 3 años se han implementado una serie de normativas en México para su regulación y para promover un desarrollo del sector. La normativa existente se enmarca al más alto nivel en las Constituciones de los Estados Unidos Mexicanos y la del Estado de Chiapas en las que se direcciona a los respectivos órganos legislativos la capacidad de expedir normativa para la preservación del ambiente. En concordancia con este mandato existe la Ley de Promoción y Desarrollo de los Bioenergéticos y su Reglamento la más reciente Ley de Aprovechamiento de Energías Renovables y para el Financiamiento de la Transición Energética (LAERFTE). En lo que respecta a la legislación local, se han implementado nuevas normativas, tales como la Reforma a la Ley Orgánica del Instituto de Energías Alternativas, Renovables y Biocombustibles del Estado de Chiapas para la creación de la institucionalidad y la política pública estatal de los biocombustibles con el fin de generar toda una estrategia para reactivar la actividad económica en zonas agrícolas abandonadas o con baja productividad. A nivel de regulación de biocombustibles se ha establecido la necesidad de un permiso de comercialización, emitido por la Secretaria de Energía (SENER) para la operación de proyectos de este tipo. El lo específico al proyecto Biodiesel Chiapas, este se rige a su reglamento interior y Decreto de Creación.[17]

Si bien un análisis a detalle del marco normativo para la implementación de proyectos en México pudiera ser fruto de un tesis, esta indagación inicial junto con las opiniones de los entrevistados dejan entrever que no necesariamente hay un déficit normativo[18]. Las explicaciones al desempeño del proyecto Biodiesel Chiapas se encuentran más bien en problemas de diseño e implementación, los mismos que serán abordados posteriormente en este informe. el marco presentado no ha permitido garantizar que hayan diagnósticos formales y adecuada coordinación con la Secretaría del Campo. Esta falta de coordinación generó que no se analizaran las consecuencias agroecológicas, así como que tampoco se desarrollara un plan en coordinación con PEMEX o la SENER sobre el futuro de la producción de biodiesel.

2.2.1.   Institucionalidad del proyecto

En Chiapas  se creó el 8 de Diciembre del 2006 la comisión de Bioenergéticos que posteriormente en el 2007 se transformó en el Instituto de Bioenergéticos y Energías alternativas del Estado de Chiapas (IBEA). Bajo este paraguas institucional, se creó el proyecto de biocombustibles para apoyar al campo y para garantizar la utilización de tierras ociosas.
El proyecto de biocombustibles ha pasado por una serie de cambios organizativos a partir de septiembre del 2008 con la desaparición del IBEA dejando el proyecto en manos de la Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas (USB), constituida el 30 de abril del 2008. La USB está formada por sociedades cooperativas municipales que a su vez están constituidas por grupos cooperativos locales.
El 21 de octubre del 2009, el Secretario de Transportes de la entidad, dio a conocer el programa de modernización del transporte público teniendo como eje el uso de bioenergéticos de origen vegetal en Tuxtla Gutiérrez y Tapachula. Este proyecto planteó como objetivos mejorar el sector transporte, la calidad del aire, la calidad de vida de los habitantes y que el piñón cultivado por los campesinos sirviera para producir el biodiesel que utilizarían las nuevas unidades de transporte.
Adicionalmente, el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos del Instituto Politécnico Nacional (CEPROBI-IPN) estableció en mayo del 2006, el primer lote experimental en Chiapas, de Corzo con semilla “no tóxica” proveniente de Morelos y Veracruz. En el año 2007 la empresa Tecnasur firmó convenios de colaboración con el IBEA para construir la primera planta procesadora de biodiesel en el municipio de Cintalapa donde se esperaba obtener 1 tonelada de glicerina, 7,000 litros de biodiesel y 11 toneladas de pasta proteica diariamente, generando 70 empleos directos y aproximadamente 3,000 indirectos. El complejo fue financiado por el Fideicomiso de Riesgo Compartido de la SAGARPA y tenía como objetivo producir 20 toneladas de 21.
En agosto del 2009, por motivo del Proyecto Mesoamérica (antes Plan Puebla- Panamá), se realizó la primera reunión de la Red Mesoamericana de Investigación y Desarrollo en Biocombustibles, a la cual asistieron académicos, especialistas, científicos y servidores públicos de diez países que integran la región que conforman la red de bioenergéticos: Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, en la cual discutieron y analizaron la situación actual de los biocombustibles en cada país y compartieron propuestas para potencializar el desarrollo de tecnología para toda la región Mesoamericana.
Finalmente, en enero del 2010 se consolidó la primera empresa transportista mixta en Tuxtla Gutiérrez la cual utiliza B20 (mezcla de 20% biodiesel y 80% diesel).

2.3.        Análisis del diseño del proyecto

2.3.1.   Análisis del modelo institucional

El modelo que se planteó desde un inicio era un modelo convencional, con el uso de tecnología convencional la cual fue analizada por el IFAP (Instituto de Fomento de Agricultura Tropical) y el equipo técnico de Colombia CORPOICA (Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria Tecnológica).

Se analizaron varios aspectos: la formalidad  de los proveedores, la capacitación requerida, tipo de servicio, precios, seguridad industrial y certificación necesaria para las instalaciones. Se realizaron análisis para determinar el tipo de materiales que deberían ser utilizados en el proceso. Ahí se decidió optar por el piñón por considerarlo insumo para generar biocombustible de segunda generación y que sea apto para cultivos por parte de los campesinos de la zona.

El proyecto arrancó en el 2010 bajo el Instituto de Biodiesel Chiapas,  organismo descentralizado y sectorizado al IRBIO (Instituto de Reconversión Productiva y Bioenergéticos) el cual únicamente se dedicaba a la compra-venta de biodiesel que era producido por el IRBIO. Esto hacía las cosas aún mas difíciles ya que el instituto como tal desconocía de cómo era el trato hacia con los proveedores de materia prima.

Otro problema de arranque del proyecto consistió en la información sobre el mismo: la ciudadanía en general desconocía de cómo se había implementado este proyecto y era muy difícil que se haga un buen trabajo de rendición de cuentas. El punto culmen de los problemas de información llegó en 2012 cuando se descubrió un desvío de recursos en el Instituto de Reconversión Productiva y Bioenergéticos (IRBIO) luego de lo cual se instruyó la extinción de este instituto y todos los proyectos que este tenía pasaron hacer parte del Instituto Biodiesel Chiapas de la Secretaría de Economía del Gobierno de Chiapas.

En el mes de Marzo 2003 se dio un cambio en la Dirección General de Biodiesel Chiapas pero hay todavía una gran indefinición respecto al anclaje institucional del proyecto y su futuro. Los problemas de indefinición de estructura institucional han pasado factura la proyecto y dificultado su proceder.

2.3.2.   El problema del piñón

En un principio, y como se había manifestado anteriormente, el proyecto Biodiesel Chiapas consideró al piñón como su materia prima. Sin embargo, a medio camino se decidió que el precio del biodiesel generado por esta materia prima era muy caro y se optó por otras materias primas como el aceite vegetal.

Este problema de diseño del proyecto afectó a los miembros de la Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas que habían apostado a la siembra del piñón, sustituyendo el maíz y frijol.

2.3.3.   Opción tecnológica

De acuerdo con los entrevistados, la tecnología utilizada para la planta de procesamiento es adecuada y está al par de la que se usa en otros países.[19] Por otra parte, cabe resaltar que el laboratorio en Tapachula, de acuerdo a lo planificado realizó una inversión de mas  8 millones de pesos y se piensa invertir alrededor de un millón y medio más para nuevos proyectos de innovación y calidad en materia de biocombustibles. El componente de calidad  se ha ido fortaleciendo en el proyecto[20] y se han implementado  sistemas de control de  calidad de varios equipos y procedimientos.


2.4.        Análisis de la implementación del proyecto desde la perspectiva de los actores involucrados y los juegos de implementación

Pressman y Wildavsky (1973) definen a la política pública como un proceso de causación o una secuencia de acciones, o como lo dice Aguilar (2007), una cadena entre condiciones iniciales y futuras consecuencias. Sobre esta base, la implementación de una política (en este caso el proyecto Biodiesel Chiapas[21]), se debe entender como la capacidad de realizar las consecuencias previstas después de que las condiciones iniciales han sido cumplidas. No es correcto centrarse únicamente en el momento inicial de gestación de un proyecto sino en la capacidad de seguir adelante con la misma.

Por ello, más allá de las evidentes fallas en el diseño del proyecto que fueron analizadas en el apartado anterior de este informe, es fundamental centrarse en entender el proceso de implementación del mismo, es decir, la secuencia de acciones posteriores a la fase de diseño y su relación con los resultados y problemas encontrados en términos de resultados del proyecto. Para hacer este análisis, partiremos de la conceptualización de Eugene Bardach, que entiende a la implementación como un proceso político en el que confluyen una “pluralidad de intereses” al momento de ensamblar los distintos elementos que implica una política, en este caso, un proyecto (manejo de recursos financieros, procesos administrativos, regulaciones, relaciones con sectores sociales y privados, manejo de clientelas, etc.).

El proyecto Biodiesel Chiapas contempló en su diseño la adquisición de la materia prima jatropha curcas, o piñón de campesinos de la zona. Acorde al diseño del proyecto, Biodisel Chiapas les apoyó en un inicio para que siembren el producto[22]. Muchos de ellos reconvirtieron sembríos de maíz y frijol para sembrar piñón. De acuerdo con el Ing. Erick Rivera, precursor del proyecto Biodiesel como parte del desaparecido IRBIO (Instituto de Reconversión Productiva de Bioenergéticos), el componente participativo e incluyente del proyecto siempre fue lo fundamental.  De acuerdo con Rivera “ellos (los campesinos) son los más importantes de este proyecto. Las plantas, la producción de biocombustible realmente  hacen parte del eslabón, pero no son los importantes.”[23]

El manejo de la relación con los campesino beneficiarios del proyecto puede entenderse fácilmente bajo la figura de los juegos de implementación[24] (Bardach, 1977). El proyecto Biodisel Chiapas generó elevadas expectativas en los campesinos beneficiarios, lo que Bardach denomina un “juego de simulación de adhesión” en el cual el tomador de decisiones hace grandes declaraciones y manifestaciones públicas[25] para los beneficiarios (en este caso: campesinos, usuarios del transporte público y ciudadanía en general), que posteriormente no se volvieron realidad.

Los miembros de la Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas sembraron 10.000 hectáreas[26] de piñón. A mitad de camino, la administración del proyecto decidió optar por la producción del biocombustible a partir de aceite vegetal y grasa animalque adquirieron ade diversos comercios de la ciudad, a menor costo que comprar el piñón y en base a un permiso que el mismo Gobierno del Estado de Chiapas, proporcionó al Instituto que gestionabe el proyecto en aquel entonces. Esto desató la inconformidad en muchos campesinos que habían dejado de producir otro sembríos como maíz y frijol para sembrar piñón, que ahora ya no tenía un mercado garantizado. Desde el enfoque de política pública (Pressman y Wildavsky, 1973) está ruptura de relaciones con los campesinos de las Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas rompió con el curso de acción establecido por el diseño del proyecto, en que los campesinos proveedores de materia priman debían jugar un rol primordial. Además, queda demostrado lo sensible de establecer un juego de “simulación de adhesión.” El mismo puede generar capital político para viabilizar el proyecto en su fase inicial, pero puede genera grades limitaciones a la implementación posterior del mismo, una vez que las relaciones con los stakeholders se desgasta o rompe.[27]

En el caso de Biodiesel Chiapas, esta ruptura de relaciones con los campesinos ha generado grandes dificultades al proyecto, los mismos que han complejizado su implementación. Se ha podido recabar información sobre múltiples denuncias en medios de comunicación por parte de los perjudicados.

Por otra parte, el juego de elevar las expectativas y luego incumplirlas generó malestar en la ciudadanía usuaria del transporte público en Chiapas. El proyecto preveía que el transporte público urbano se movilizaría con biodiesel en un 100%.  No obstante la mezcla final resultó fue la denominada  B20, es decir 80% diesel y 20% biodiesel. Cuando la ciudadanía vio que las unidades de transporte urbano acudían a las estaciones de servicio de Petróleos Mexicanos (PEMEX), se generó una nueva fuente de inconformidad.

3.   Conclusiones y recomendaciones

Una primera conclusión tiene que ver con la hipótesis de trabajo referente a un déficit normativo para la implementación de proyectos de biocombustibles desde los gobiernos locales. Esta hipótesis fue descartada por el análisis ya que existe al menos una base normativa genarl tanto para la promoción, desarrollo y regulación de este tipo de proyectos, la misma que va desde la propia Constitución mexicana, legislación nacional y local. Podría existir más bien un problema de operativización de esa normativa antes de pensar en mayores desarrollos a nivel de leyes. Sin embargo, esto requiere un análisis más pormenorizado de las normas y su utilización, hecho que supera el alcance de este informe pero que recomendamos para un desarrollo posterior.

La poca claridad del esquema institucional es posiblemente el problema que más salta a la vista una vez realizado un análisis a la planificación del proyecto. Es fundamental que el Gobierno de Chiapas decida si es mejor tener el proyecto con mayores “grados de libertad” o tenerlo dentro de una secretaría del municipio. Esta no es una decisión que deba tomarse a la ligera sino partiendo de una análisis de las dificultades presentadas, mejores prácticas a nivel de México y otros países y garantizando el mejor esquema de accountability para superar los problemas de años anteriores.

Por otro lado, la evaluación realizada muestra un problema de implementación a nivel del relacionamiento entre los directivos del proyecto y los campesinos de la Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas. De acuerdo a últimas declaraciones de su dirigente, Antolín Morales Vásquez, la Unión ha retomado los buenos términos con el proyecto y ha planteado recuperar los cultivos de piñón para alimentar la producción del biodiesel[28]. Esto plantea un oportunidad para re-construir las relaciones y evitar entramparse en “juegos de implementación” que generen dilemas de administración u apilamiento de nuevos e inalcanzables objetivos, así como de sus efectos no deseados[29]. En este punto será importante definir reglas claras con los campesinos y evitar la dispersión en la negociación de condiciones. De manera complementaria, y con el objeto de sumar al desarrollo comunitario y generar una mejor adhesión al proyecto se podría establecer un programa de inversión comunal que incentive (especialmente a los jovenes) a tener una mayor conciencia en el correcto manejo de los recursos naturales. También se podría hacer algunas pequeñas inversiones en beneficio de la comunidad y los campesinos: invertir en infraestructura (puentes y caminos) que mejoren las condiciones para el sector.

Para finalizar es importante recalcar que los biocombustibles, entre ellos el biodiesel, no son una panacea. Poseen varias limitaciones: requieren importantes extensiones de tierra y alto consumo de agua para la producción de materias primas, están generando monocultivos y amenazas la flora y fauna autóctona de varios ligares debido a la presión que ejercen para la expansión de la frontera agrícola. Existen un déficit de información sobre el desarrollo sustentable de biocombustibles que se acople a las soluciones ecológicas, se mejore su productividad sin amenazar la soberanía alimentaria y que finalmente. Los biocombustibles pueden ser los combustibles del futuro, sin embargo, la regulación y el rol de los estados será fundamental para que sean una solución y no parte del problema.


4.   Bibliografía

Aguilar Villanueva, L. (1993). Estudio Introductorio. En Luis Aguilar Villanueva, comp. Problemas Públicos y Agenda de Gobierno. Vol. 3. México.

Aguilar Villanueva, Luis F. (2007). La implementación de las políticas. Antologías de políticas públicas. Tomo IV. Miguel Ángel Porrúa. México


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Duffey A, (2011). Estudio regional sobre economía de los biocombustibles 2010: temas clave para los países de América Latina y el Caribe. Diálogo de Políticas sobre desarrollo institucional e innovación en biocombustibles en América Latina y el Caribe Santiago de Chile. Disponible en: http://www.cepal.cl/ddpe/agenda/2/42932/EstEconomiaBiocombustiblesDialPol.pdf

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Disponible en:


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Valero J., (2010) Tesis: El Colegio de la Frontera Sur - Jatropha curcas para la producción de biodiesel en Chiapas: agricultores participantes, tierras empleadas y sustitución de cultivos

Otras fuentes consultadas:
http://www.biodiesel.chiapas.gob.mx/normatividad.html





[1] A partir del 8 de Diciembre de 2013, entro en funciones la actual administración.
[2] Considerando reservas probadas y probables.

[3] Datos provistos por Carlos Patterson Olivas  del Área de Desarrollo y Mejora en el Órgano Interno de Control en PEMEX Refinación. Véase la entrevista completa en la sección de Anexos.

[4] Los biocombustibles, a pesar de que se consideran como alternativas nuevas, ya fueron explorados en la década pasada: en "1896 y 1908 Henry Ford (precursor de la industria del automóvil) construyó el "Quadricycle" y el "Model T". Dichos autos funcionaban con etanol, aceite de cacahuate y de soya" (Huerta, pg. 79)

[6] "Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), promueven las plantaciones para obtener biocombustibles mediante políticas que apoyan y subsidian la producción y el consumo. Estas políticas nacionales son impulsadas por tres razones: 1) intereses estratégico acerca de la seguridad energética y los precios de la energía, 2) preocupaciones sobre el cambio climático y 3) consideraciones de apoyo a la agricultura mediante el desarrollo rural." (Valero Padilla, Pg. 14)

[7] En muchos casos devienen el la generación de los denominados monocultivos  que desencadenan la improductividad de las tierras fértiles (Rodríguez, 2013).

[8] De acuerdo con Rodríguez (2013): "en la producción de 1.005 kg de bioetanol son necesarios 4.920 litros de agua (Roldán, 2012), no obstante, solo en la cosecha de 9 t/ha de trigo para su fabricación se emplean 7.847 l/ha de agua. Igualmente, se obtienen 87,1 toneladas de bioetanol por hectárea de caña de azúcar (Macedo & Seabra, 2010).
[9] Para el jurista David Trubek (1974) el instrumentalismo legal es una categoría que permite explicar la utilización de la ley para la concreción de objetivos específicos. La obra de Trubek trabaja la utilización de la ley para la consolidación de economías de mercado.
[10] Para revisar la metodología completa, véase el Anexo 1.

[11] El periodo de análisis va desde el 30 de Diciembre de 2010, fecha en que fue creado el instituto de Biodiesel Chiapas según Periódico Oficial  No. 275, hasta el 31 de Diciembre de 2012.

[12] La entrevista de investigación puede definirse como una conversación entre dos personas, iniciada por aquella que funge como entrevistadora con el propósito específico de obtener información determinada para cumplir con los objetivos de una investigación (Añorve, 2009).  La información específica, para el caso en cuestión, deberá ser complementaria a la ya recabada en la revisión documental y también dar cuenta de aquellos aspectos que no pudieron ser encontrados en la misma. Por otra parte, es importante mencionar que la información a ser recabada por este medio debe permitir describir y explicar la planificación e implementación del proyecto y el diseño de la entrevista deberá ajustarse a este objetivo.

[13] Para un detalle de las entrevistas realizadas, véase las transcripciones de las mismas en la sección de Anexos.

[14] Los grupos de enfoque (grupos focales o focus groups) pueden definirse como un grupo de individuos seleccionados por un investigador o investigadores, para ser abordados  en una discusión conjunta respecto al tópico de la investigación (Powell, 1996; Gibbs, 1997). Los individuos discutirán y aportarán desde su experiencia personal. El moderador del grupo de enfoque garantizará que la discusión se encamine siempre al objetivo de recabar información sobre la implementación e impacto del proyecto en la experiencia de cada uno de los participantes. La metodología de grupos focales permite recabar actitudes, sentimientos y otras reacciones que suelen fluir de mejor manera cuando los individuos se sienten en un ambiente colectivo.

[15] Llegó incluso a acordar una reunión de trabajo (cena) con Antolín Morales. Sin embargo, fue cancelada de última hora.

[16] Si bien no se hace explícito por cuestiones de espacio, este análisis se ha realizado bajo la guía conceptual del jurista David Trubek (1974) y su “institucionalismo legal”
[17] Nos hemos limitado a mencionar los instrumentos legales que apalancan y regulan el desarrollo de biocombustibles en México así como la norma que rige al proyecto Biodiesel Chiapas. Por motivos de espacio de este informe final, se adjunta un mayor detalle del contenido de estos instrumentos véase Anexo 4.

[18] Un análisis más pormenorizado de la normativa y su efectiva implementación podría llevarnos a pensar que, si bien no hay un déficit normativo, sí pudiera haber un déficit de gestión y aplicación de la regulación. Vamos a dejar esta como una suerte de hipótesis de trabajo para un posterior desarrollo.
[19] Para profundizar en este punto, véase la entrevista al Ing. Eder Caballero en la sección de Anexos.
[20] Al momento, Biodiesel Chiapas cumple con los parámetros de la norma europea N14214.

[21] De acuerdo con el ciclo de la política pública, la misma se aterriza eventualmente (pero no exclusivamente) en proyectos y en la ejecución de gasto corriente para el cumplimiento de los objetivos de la misma. Cuando decimos “no exclusivamente” pensamos en formas de hacer política pública como la regulación.

[22] De acuerdo con Antolín Morales, Presidente del Consejo de Administración de la Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas, se financió la siembra de piñón con 7.400 pesos por hectárea. A esos recursos se sumaron la dotación de la semilla o la planta y un apoyo de mil pesos para pagar la asesoría técnica por parte del gobierno del estado.” Declaraciones de Antolín Morales tomadas de El Heraldo de Chiapas, Junio 2011: http://www.oem.com.mx/elheraldodechiapas/notas/n2165250.htm

[23] Entrevista al Ing. Erick Rivera (para ver la entrevista completa, ver Anexos)

[24] Por juegos se deben entender a “las estrategias y tácticas que los actores, desde sus propios intereses y poderes (que pueden ser o no ser compatibles con los objetivos y medios de una política), emplean en sus interacciones con el fin de ganar control sobre los elementos que componen el programa de implementación de una política y que están bajo el control de otros actores independientes” (Aguilar, 2007. Pg. 63)

[25] En 2010, el Gobernador de Chiapas de aquel entonces, Juan Sabines, incluso invitó al Presidente en funciones Felipe Calderón a inaugurar la planta Tapachula.

[26] Dato a Junio de 2011. La Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas proyectaba doblar esta cantidad de área sembrada hasta 2012.

[27] Ya en 2013 (que está por fuera del periodo de análisis de este PBL), Unión de Sociedades Bioenergéticas de Chiapas ha adoptado una postura más benévola, en medios de comunicación, ante la posibilidad de retomar el proyecto con piñón. Opiniones de Antolín Morales Vásquez se recogen en la sección de Anexos. Curiosamente, estas declaraciones contrastan con la negativa a otorgar una entrevista o hacer un grupo formal con este equipo de trabajo del TEC.
[28] Declaraciones de Antolín Morales en “Es Diario Popular”: “El presidente de la Unión de Bioenergéticos de Chiapas, Antolín Morales Vázquez, dijo que retomaron el proyecto también para hacer funcionar la planta procesadora de aceite de jatropha, ubicada en el municipio de Cintalapa” Tomado de: http://www.esdiario.com.mx/capital/13708-reviviran-procesadora-de-biodiesel-

[29] En este punto nos referimos a los efectos negativo que Bardach (1977) llama: a) Resistencia a los esfuerzos que de manera explícita y hasta institucionalizada se llevan a cabo con el fin de lograr un control administrativo de las conductas. b) Disipación de energías personales y políticas en jugar juegos que hubiera sido mejor canalizar hacia acciones constructivas.