A
mi parecer, la participación ciudadana debe poseer una estructura completa que cubra: la iniciación, preparación,
participación y continuación. Garantizando compromisos, acuerdos, planes y
objetivos mancomunados, para sí garantizar
un sinergia en todos los actores.
Ahora
bien, es importante tener claro que uno
de las variables más importante en la participación ciudadana es la consulta. La consulta representa la
palabra del pueblo, siendo un elemento inimaginable de un estado, el cual
cuenta con el derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, y desde
luego, es fundamental obtener ese bagaje
de ideas, encausados en una consulta, ya sea por reuniones, encuestas,
debates, etc; que avale el sentir de los habitantes.
Posterior
de una consulta, es forzoso plasmar en un mapa estratégico esa lluvia de decisiones conexas; las cuales deben fusionar
con el objeto de producir visiones. Estos acuerdos, imperativamente
deben generar confianza y compromiso de ambas partes, esto según el grado de integración.
Además, la apertura de decisiones ligadas a fines comunes, produce una obligatoriedad
en sus ejecuciones.
Desde luego, lo
anteriormente mencionado no ha producido ningún efecto, sin su ejecución; siendo esto uno de los
talones de Aquiles de muchas organizaciones gubernamentales y/o privado. El
actuar produce el más alto grado de compromiso, debido a la energía gastada en
su ejecución. Es por ello, que está etapa debe tener un alta dosis de liderazgo,
motivación e información, para respaldar su compromiso. Desde luego, está etapa
es sumamente gratificante debido a su producto. Todo el trabajo en papeles,
documentos, etc; ahora se ejecuta con visiones compartidas produciendo efectos
estimulantes para continuar en su actuar juntos.