1. Introducción
Actualmente México, ha venido
experimentado transformaciones que le ha permitido ser más democrática, con una
fragmentación partidaria destronando el partido hegemónico del PRI, que durante
70 años consecutivamente gobernó, lo cual
implemento un sistema autoritario y presidencial puro. Este monopolio
tuvo más desventajas que ventajas; la falta de negociación y construcción de alianzas
partidarias, suscito prácticas desfavorables, que repercutió a la ciudadanía,
en el aumento de la brecha social debido a la falta de gobernanza del
Ejecutivo.
En este ensayo, se va a desarrollar el
tema que permitirá analizar los pro y contra de los gobiernos
divididos y que comparten en su ejercicio jurídico e institucional. Como
todo, debemos de balancear y/o combinar modelos con el fin de enmarcar un sistema que permita a los poderes públicos
mancomunar esfuerzos, para poder enfrentar los retos y desafíos que padecen la
mayoría de las naciones latinoamericanas: desempleo, pobreza, inseguridad,
desigualdad, entre otros.
2.
Desarrollo
Dentro de las características de
un sistema presidencial [Valadés, D., Pág. 70] está la duración fija de los
periodos, mientras que en el sistema parlamentario la permanencia del gobiernos
depende de que se conserve la mayoría en el órgano de representación. Otra
características del parlamentario los poderes públicos están amalgamados, es
decir, los miembros del Legislativo pueden pertenecer al Ejecutivo o viceversa;
por su parte, en los sistemas de gobierno presidencial, los poderes están
separados.
Estos dos sistemas de
gobiernos tiene pesos y contrapesos, en donde, el presidencial tiene un fuerte
derecho a la legitimidad democrática; el periodo de gobierno rigidez.
México
en las últimas tres décadas ha pasado por una transición a la democracia, donde
el partido hegemónico PRI gobernada a todo el ancho y largo del país por más de
70 años creando un gobierno autoritario neto donde el presidente podía durante
6 años nombrar y remover libremente a los miembros de su gabinete; podía
impulsar leyes y vetar total o parcialmente,
creando nepotismo y caciquismo locales y federales; sin embargo en el
año 1988 [Lujambio, A., Pág. 251] los municipios gobernados por partidos
distintos al PRI no era más del 3%, y fue para el 1997 que alcanzo una cifra sumamente
representativa del 49.45%, generando una fragmentación, la cual ha repercutido
en un deteriorado apoyo político hacia el gobernante, que conforme pase el
tiempo temas como el presupuesto federal, las relaciones Ejecutivo y
Legislativo son discusiones maratónicas creando una parálisis país; aún más
[Lujambio, A., Pág. 252] está segregación de partidos alimenta los incentivos a
la no cooperación, pero a la vez, paradójicamente,
constituye un basamento importante para el surgimiento de conductas políticas
responsables. Ahora bien, otro factor importante en la si y/o no cooperación,
es el tiempo electoral; [Lujambio, A., Pág. 262] mientras más cercana esté la
siguiente elección presidencial, más fuertes serán las tendencias competitivas,
y no las cooperativas, entre partidos políticos representados en el Congreso.
Es razonable suponer que la cercanía de la elección presidencial promueve los
alejamientos y debilita los acercamientos entre partidos.
Desde luego, como se
menciono anteriormente, es importante la creación y mantención de coaliciones
que permitan avanzar con la agenda política consensuada-en el mejor de los
casos-para la estabilidad democrática y/o gobernanza, para [Aguilar Villanueva, L., Pág. 89] que la
sociedad contemporánea defina sus valores y objetivos de convivencia y
coordinarse para hacerlos reales, con la característica resaltada de que se
incluyen y valoran las formas de auto organización y autogobierno de la
sociedad en razón de su real o supuesta productividad y utilidad. En otra palabra,
debe haber un participación colectiva que defina el rumbo como nación quiere
desarrollar, en donde, los políticos faciliten con políticas publicas, los
anhelos de los ciudadanos. Y es precisamente ahí, la
necesidad de un Poder Ejecutivo con liderazgo en la construcción de coaliciones
parlamentarias y la apertura de mayores posibilidades de las organizaciones de
la sociedad civil y del sector empresarial.
3.
Conclusiones
Los
gobiernos divididos en cada jugada existe
algo de incertidumbre, pues aunque se pueda desarrollar una expectativa
razonable, de que sus mensajes seguirán determinada orientación, en determinada
agenda o manejo del conflicto político, así como una agresividad más o menos
intensa, la realidad es que son demasiadas las variables en cuestión para poder
despejar toda la incertidumbre del caso. De esta manera, las iniciativas de ley
que surgen del Legislativo o por la interacción que en él realiza el Ejecutivo,
oscilan entre el conflicto y el consenso a partir de las configuraciones de las
relaciones de poder y por el uso e interpretación de las normas reglamentarias;
con la connotación presencial de incidencia política suscitando vías de las
cuales la sociedad civil organiza sus esfuerzos por lograr cambios en políticas
y programas del Estado; como respuesta a la necesidad de alterar, potenciar,
modificar o frenar las políticas públicas para que estas sean más afines a sus
intereses.
4.
Bibliografía
Aguilar
Villanueva, Luis (2011): Gobernanza
y gestión pública. Editorial FCE. México, D.F.
Lujambio, Alonso(2001): Adiós a la excepcionalidad: régimen
presidencia gobierno dividido en México, CLACSO.
Valadés,
Diego (2013): La reforma del
presidencialismo mexicano.