martes, 4 de julio de 2017

Los bienes públicos

1. Introducción

            La administración pública entendía como la parte más ostensible del gobierno cuya relación es sumamente adherente a los problemas del país y sus derivadas; debe tener interés de resolverlos y además dar correcta custodia y mantenimiento a todo aquello que se le asigne: la prestación de servicios públicos, ejecución de obras públicas y la realización de otras actividades socioeconómicas del interés público, son algunas tareas encomendadas a Gobierno Central orquestado desde el Poder Ejecutivo.
            Ahora bien, el uso correcto de decisiones y prácticas administrativas da como resultados una mayor eficiencia y eficacia a los servicios públicos que en la actualidad está entredicho en nuestras latitudes y aun más es de obligación revisar la materialización de este servicio por medio de los bienes públicos.
            Los bienes públicos entendido como todo aquello que produce efectos sobre quienes no han participado en la transacción y que no genera rivalidad; es lo que se va a desarrollar desde la perspectiva crítica constructiva. Está deliberación puede generar discusión, sin embargo más que ello, es concientizar y plasmar en acción; como mandato posee la administración pública. 

2. Desarrollo
            La administración pública, [Fernández Ruiz, J, Pág. 280], entendía como el conjunto de áreas del sector público del Estado que, mediante el ejercicio de la función administración, la prestación de servicios públicos, ejecución de obras públicas y la realización de otras actividades socioeconómicas del interés público, trata de lograr los fines del Estado, por medio de sus bienes públicos y externalidades brinda los anteriores y otros servicios.
            Como bien se sabe, un bien público [Benegas Lynch, A, Pág. 1] es aquel que produce efectos sobre quienes no han participado en la transacción, que tiene la característica de no excluyente ni rivalidad; siendo público independiente de su extracto social del usuario y  totalmente [Gonzalez Valadez, I, Pág. 3] desligado del grupo sanguíneo.
            En razón a las externalidades, entendía como un coste u beneficio impuestos sobre alguien por las acciones de otros, ya sean negativas o positivas; surge la preocupación del derecho del gobierno de delegar estás externalidades al sector privado, que debido a su naturaleza de: competencia, lucro y exclusión; puede ocasionar un deterioro al sector social más pobre por exclusión. Y es de sumo cuidado controlar que se puede delegar para no tener Estado Neoliberal y solamente un Gobierno fiscalizador, engrosando los gastos públicos endosando a los contribuyentes.
Además, es de carácter imperativo que el Gobierno debe controlar, fiscalizar y sancionar con cargas impositivas, ya sea a las externalidades negativas y positivas; para que aquellos estén infringiendo la ley  pague y los emprendedores sociales que están disminuyendo el coste social incentivarlos con adecuaciones a las cargas impositivas u otros beneficios.
            Ahora bien, debido a estás [Rizzo García, S., Pág. 2] deficiencias de los mecanismos para la toma de las decisiones colectivas que permitan definir los montos "socialmente óptimos" de los bienes públicos y semipúblicos y las acciones para corregir las externalidades, se produce la falla del Gobierno. Y es que, en muchos casos el remedio es más costos que la enfermedad debido a la ineficiencia e inercia de instituciones que postergan la acción produciendo altos costos a los contribuyentes, surgiendo el free-rider, siendo público y privado; por ejemplo: en el tema de la seguridad siendo un bien público, el contribuyente paga los impuestos del gobierno central para costear la seguridad nacional, sin embargo en el caso de Costa Rica, el gobierno local de San José creo la Policía Municipal incrementando el impuesto predial. Ahora bien, lo correcto sería que se descentralice la seguridad municipal y se delegue al gobierno local; y el caso federal concentrarse en la seguridad nacional-aeropuertos, fronteras, puertos, etc.-.
            Hoy por hoy se vive en un sistema capitalista que está acumulando vorazmente riqueza robándola a otros sistemas sociales, esto es evidente no sólo cuando surgen nuevos capitalistas de la corrupción del Gobierno, del uso privatizado de la justicia y la ley, y de la liquidación del patrimonio público, sino cuando se patenta la vida, las células y no los procesos, cuando se trata de hacer negocio con lo que era un patrimonio universal heredado y legado a nuestros hijos, cuando se hace negocio de la biodiversidad, de la diversidad cultural, agua. O sea que estamos lejos de un capital que ya se apropió de todo lo que quería apropiarse y ahora vamos a ver como recuperamos una parte. En muchos casos debido a la laxa regulación, ha repercutido la patente de algunas externalidades violentado principio primordiales como la no exclusión, sin embargo es más la corrupción en altas esferas que no han permitido resarcir todas las fallas del gobierno.
Además, debido a lo anterior, se debe incluir nuestros sistemas electorales,  con programas de corto plazo evidenciando en muchos casos la improvisación, despilfarro de recursos y de políticas estériles que los más vulnerables y desfavorecidos recibe a cuentagotas las "ayudas" para maquillar los índices económicos y así mejor la "inversión social".     
            En resumen, los bienes públicos no son activos tangibles e intangibles gratuitos, sino más aquello que produce efectos sobre otros no han participado, y que debería estar regulado, fiscalizado y con programas de mantención para que otros los disfrute.           
           
3. Conclusiones
            Concordante con lo anterior, tenemos claro el magno papel del Gobierno Central con respecto a los bienes públicos y la mayúscula responsabilidad de administrarlos de la manera más eficiente y eficaz para la perpetualidad, sin socavar las economías de los contribuyentes, siendo estos corresponsables del deterioro de los mismo. Y es ahí, donde se debe de estimular una conciencia colectiva para una mayor participación ciudadana en la calidad de los bienes, además es necesario revisar la estructura de cargas impositivas para aquellos emprendedores sociales que están alivianando la falta de inversión social del Gobierno, robustecer la descentralización  de bienes y servicios públicos; y fundamental amalgamar las alianzas público-privado.
Ahora bien, fomentando unas finanzas públicas sanas, es necesario que el Gobierno por medio de coherentes legislaciones, con una eficiente recaudación y control de gastos de los impuestos y por últimos programas de subsidios, se pueda mitigar las externalidades, que en muchos casos sale más caro el remedio  que la enfermedad.
Con estas y otras acciones, se pueda generar un encadenamiento social dinámico, cerrando la brecha entre clases, fomentando la equidad y sobre todo enalteciendo la  dignidad humano, para gozar de un agradable ambiente tanto para el individuo como para la colectividad.

4. Bibliografía

Benegas-Lynch, Alberto (1997): Bienes públicos, externalidades y los free-riders.  Buenos Aires, Argentina.
Recopilado electrónico: http://www.hacer.org/pdf/Bienes.pdf

Fernández Ruiz, Jorge (2011):  Derecho administrativo y Administración Publica. Editorial Porrúa. México, D.F.

Gonzalez Valadez, Isaí (2009): Bienes públicos: una aproximación al debate, Centro de Estudios en Administración Pública, UNAM, México.

Rizzo García, Sócrates (2013):  Nota sobre Fallas de Mercado y Fallas de Gobierno.


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