Introducción
En la actualidad hemos presenciado en toda las latitudes,
actos de corrupción; ejecutivos y políticos seducidos por los placeres
terrenales, han provocado magnos escándalos con pérdidas monetarias e imagen política
y corporativa. Repercutiendo, en descrédito y desconfianza en el caso de los
accionistas, y en las naciones un aumento vertiginoso en brechas sociales,
desvirtuando el principio del bien común.
Toda corrupción tiene
un detonante primordial y es la falta de liderazgo
ético, mala toma de decisiones y mal manejo de organizaciones y/o países.
La ética es una palabra que encierra mucho, pero difícil
de explicar. La ética es el pilar de muchos conceptos actuales como es el
trabajo, las organizaciones, la política, etc. Ayuda a tomar decisiones, a
formar empresas, a interrelacionarse y sobre todo a formar humanos más
íntegros.
2. Desarrollo
Es cotidiano por lo medios noticieros ver y escuchar titulares como; “…los ex
presidentes de Costa Rica, Miguel Rodriguez y Rafael Ángel Calderón fueron
condenados a 3 años, casa por cárcel…”, “…los préstamos inmobiliarios en USA,
han provocado la bancarrota de bancos internacionales, generando crisis
económica en todo el orbe…”, “Alcatel sobornó a los ejecutivos de una empresa
de electricidad costarricense…”, estas son noticias diarias en todo el mundo e
inclusive para muchas latitudes se han hecho normal. ¿Estaremos viviendo épocas
post-ético? En muchas ocasiones sí. Los
dobles discursos y las falsas identidades de los “lideres”, han minado la ética.
En mi opinión la responsabilidad de la decisión pública
recae a la autoridad pública bajo gobiernos locales, instituciones, etc., cuyos
ejecutivos son los arquitectos en
diseñar las organizaciones y la ejecución de dichas políticas que se
realizan, por medio del funcionarios públicos,
figuras importantes en donde la ética e integridad, son los hilos conductores a
su actuar. Debemos de recalcar que la integridad, amalgama el decir, el pensar y el
actuar del funcionario. Siendo la responsable en determinar quiénes somos, y
como responderemos, ante una encrucijada y/o conflicto, en donde debe
prevalecer el bien común y la justicia.
Ahora bien, ¿qué papel
juega la mayoría, en las decisiones públicas? El papel es significativo pero no
protagónico. Si bien es cierto el pueblo escoge a sus gobernantes, la opinión
no es determinante en aspectos éticos por varias razones [Ethical leadership,
2010]: la mayoría está pobremente informada, la toma de decisiones democráticas
son vulnerables para el antojo y las características del liderazgo deben ir
acompañadas por expertos y no por la mayoría.
Cuál
es la ética para tomar decisiones?
Un tema coyuntural en la actualidad, que ha sido discordia
en nuestras mesas de juntas es la toma
de decisiones, cuyo modelo racional [Robbins, Stephen P., 2004, pág. 132]
describe como debe de conducirse los individuos para maximizar de algún
resultado, a título personal a fallado sino lo fusionamos con fundamentos éticos.
Uno de los
fundamentos que el líder ético, debe
de acoger en su gestión, es el bien común,
el cual debe considerar principios morales básicos como: [Bien común, 2010] Bien
particular y bien común no se contraponen; la igualdad de los particulares ante
el bien común; limitaciones de los derechos de los ciudadanos ante las demandas
del bien común; la gradualidad en la aplicación del bien común, el bien común
abarca a todo el hombre; los valores concretos que integran el bien común; el bien
común debe respetar la ley natural y por último el bien común y el bien
posible.
Si bien es cierto, el bien
común es un factor primordial en la toma de decisiones, a la misma vez, puede
ser una trampa si se usa de una
manera subjetivamente y proactivamente,
por lo cual el líder ético, debe tener claro que el bien común, se usa en casos
menos riesgosos [Ethical
leadership, 2010] y evitar la creencia y victoria personal subjetivas.
El líder ético
debe de tener tres criterios fundamentales a tomar una decisión. El primero
[Robbins, Stephen P., 2004, pág. 143] es el criterio utilitario cuyo objetivo es brindar el máximo bien al mayor número
de personas. El segundo criterio es centrarse en los derechos, significa respetar y proteger los derechos básicos del
individuo y el tercer criterio es enfocarse en la justicia. Y [Ethical leadership,
2010] otro criterio primordial es la objetividad siendo la llave en la toma de
decisiones.
Por objetividad [Camacho, Daniel, 1994, pág. 168], se
entiende en Durkheim y Weber la actitud del científico de separarse de la
realidad social lo suficiente para que los sentimientos, las preferencias, en
fin, la subjetividad del sociólogo, no influya. Ahora bien, como anteriormente
se ha expuesto no es recomendable solamente
con bien común, religión, las leyes, tomar decisiones éticas,
también es fundamental la [Ethical
leadership, 2010] objetividad y la justicia para generar directrices en las
organizaciones. Desde luego, esto no es un trabajo fácil, sin embargo la
imparcialidad realiza un trabajo elemental, de lo contrario la objetividad no
dará frutos. Resulta evidente la conexión entre la imparcialidad y la justicia.
Resulta [Trujillo, Isabel , 2007, pág. 5] difícil pensar en un resultado justo
que no sea imparcial.
3. Conclusión
En concordancia a lo mencionado, el líder ético debe manejar un bagaje de herramientas, en donde la opinión
pública es un factor importante, pero no fundamental, esto obedece, a varios
factores: la mayoría está pobremente informada, la toma de decisiones de la
mayoría es la sumatoria del bien particular- a su antojo-, y las
características del liderazgo deben ir acompañadas por expertos y no por una
totalidad con diferentes criterios.
Por otro parte, el líder
ético debe poseer criterios para sus elecciones, en donde: el utilitarismo, los derechos humanos, y la
justicia son pilares para la determinación. Además, se recomienda
considerar el bien común, como
herramienta ética –justa-, sin embargo, está última se puede convertir, en una
trampa riesgosa por su aplicación subjetiva. Debido a esté frágil hilo, lo más
idóneo en todas las situaciones, es revestirse por una posición objetividad e imparcialidad.
El correcto uso del liderazgo ético, va a generar réditos
a las organizaciones, a través de: una ventaja competitiva, una retención de
capital humano, un sano ambiente laboral, la reputación e imagen corporativa,
una trayectoria empresarial que repercuta hacia una robusta confianza.
4. Bibliografía
Referencia
Camacho,
Daniel. [1994]. Fundamentos de sociología. San José, C.R.: EUNED
Robbins, Stephen P. [2004]. Comportamiento Organizacional, 10a.
ed. México: Pearson Educación.
Trujillo,
Isabel [2007]. Imparcialidad. Instituto de
Investigaciones Jurídicas. UNAM. México, D.F.
Consulta
electrónicas
En el portal en Business Balls . Recuperado en http://www.businessballs.com/ethical_management_leadership.htm
En el portal Centro Bioética “Juan Pablo II”. Bien
común: Recuperado en http://www.cbioetica.org/revista/63/632527.pdf
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