viernes, 9 de junio de 2017

Planeación estratégica de la gestión

1. Introducción

            En el ejercicio de la Administración Publica Moderna, los funcionarios con perfiles de tomadores de decisiones deben tener un racionalidad técnica y político, con capacidad de integrar estructuras flexibles que propicien una dinámica discusión, abierta e innovadora, con el fin de construir nexos intergubernamentales holísticos.
            Desde las primitivas funciones de la Administración, planificar, organizar, dirigir y controlar; en donde la planificación ha de ser el pilar de todo engranaje, que articula en función del cumplimiento de brindar un servicio público eficiente y eficaz.
            En el presente trabajo, se han a desarrollar conceptos modernos en materia de la planificación y gestión estratégica en el sector público, como instrumento moderno para dar coherencia a los diversos actos del gobierno que explican por la manera en que han sido configuradas las razones de interés publico.

2. Desarrollo
            Las naciones desde sus orígenes se han enfrenta en problemas que surgen en la formación de sociedad basadas en la información, del conocimiento y de la innovación, que se plantean retos, los cuales obligan a los gobernantes utilizar mecanismos para la convivencia pacífica de sus habitantes. Estos retos han evolucionado con complejidades sumamente desafiantes; obligando a los funcionarios públicos a actualizar las maneras de ejercer los diversos procesos de una nueva gestión. Está nueva gestión ha sido diseñada para resarcir a la ineficiente administración pública anquilosada, la cual desperdicia recursos y energía organizacional, de personal y técnicas administrativas, provocado un agotamiento y decadencia administrativa.
            Ahora bien, uno de los instrumentos más innovadores aplicados en la gestión pública es la planificación estratégica, la cual [Poister, T.; Pág. 246] debe ser una continuo proceso, que la planificación es la síntesis de más de análisis, y sobre todo, que la planificación debe señalarse hacia la acción.
            La planificación estratégica debería ser el instrumento que utiliza el gobierno, para definir la “carta de navegación” de la nación; visualmente [Poister, T.; Pág. 247]  es una gran foto, que combina el pensamiento futurista, análisis objetivo, y la evaluación subjetiva de los valores, objetivos y prioridades para trazar una dirección y líneas de acción futura para asegurar de una organización la vitalidad, la eficacia y la capacidad de agregar valor público. Es evidente que [Poister, T.; Pág. 248] , la estrategia tiene que ser formulada por los altos ejecutivos y gerentes de línea, con los planificadores de apoyo papeles, el análisis de las cuestiones estratégicas deben basarse en una amplia recopilación de información que incluye datos "blandos" en lugar de intensiva crujido de número, y la formulación de estrategias deben ser influenciados por la experiencia, la intuición, la inspiración, e incluso las predicciones, así como una agudo sentido de la factibilidad política. Por lo tanto, los procesos de planificación estratégica deben facilitar comprensión de las fuerzas motrices temas, explorar las opciones en términos de su viabilidad y posibles consecuencias, y estimular discusiones francas con respecto a los costos y los riesgos asociados a las distintas alternativas.
            Ahora bien, está planificación estratégica no tiene sentido si se queda enlozada en anaqueles sin ejecución alguna y es ahí donde la gestión estratégica surge como mecanismo paralelo a la planificación.
Está gestión estratégica [Poister, T.; Pág. 248] consiste en clarificar la estrategia y la traducción de la visión amplia en términos más operativos; elaborar estrategias con mayor detalle y el desarrollo de planes de acción que especifican lo que debe hacerse a las estrategias reales, y la evaluación de las implicaciones de los mandatos estratégicos en los sistemas operativos de la organización y revisión de presupuestos, control de sistemas y procedimientos operativos estándar.         Parece lógico relacionar la estrategia con la planeación [Aguilar Villanueva, L.; Pág. 247], pues la estrategia es un plan de acción, pero que resulta menos lógico si la planeación no incorpora en su ejercicio el componente competitivo y triunfador que es propio de la estrategia y, peor aún, si da por supuesto que basta con disponer de un buen plan de acción para llegar a las metas deseadas, sin destacar las actividades directivas y una dirección dotada con las actitudes básicas del estratega. La combinación entre planeación y estrategia fue considerada la fórmula del éxito.
            La planeación estratégica [Aguilar Villanueva, L.; Pág. 248], se presenta entonces como un ejercicio que superaba los limites tanto de la planeación convencional como los de la estrategia convencional. La gestión estratégica [Poister, T.; Pág. 249] es en gran medida una cuestión de la utilización y la coordinación de todos los recursos y lugares a disposición de la alta dirección, reforzando una especie de "alineación omnidireccional" entre ellos en el interés de avanzar en el agenda estratégica.
            Es importante evaluar la implementación del plan estratégico, para medir las desviaciones positivas o negativas [Poister, T.; Pág. 251] siendo importante utilizar la información de desempeño para fortalecer rendimiento. Siendo fundamental  producir datos de interpretación recurribles en las circunstancias en que los productos y resultados son más fácilmente observable y las agencias tienen más control sobre el salidas que producen y mayor influencia sobre los resultados que se espera que generen. Además, en materia de rendición de cuentas estos sistema de medición, dan fehacientemente datos fácil de publicar y demostrar.
            Mancomunado la planeación/gestión estrategia enlaza la gestión de rendimiento (calidad) como [Aguilar Villanueva, L.; Pág. 320], creación del valor para el cliente o usuario. Justamente planear, controlar, asegurar, validar/certificar y mejorar continuamente la correspondencia de los atributos y funciones de los bienes y servicios que produce una organización con la necesidad de los clientes y los demás interesados es la cuestión que atienda la gestión de calidad.
Considerando que la gestión estratégica [Poister, T.; Pág. 252]  se centra en la adopción de medidas ahora para posicionar a la organización a moverse en el futuro, la gestión del rendimiento se refiere en gran parte la gestión de los programas en curso y las operaciones en la actualidad. La estrategia es generalmente orientada al cambio que tiene como objetivo la mejora de la el papel de la organización en el entorno más amplio o la forma en que lleva a cabo su misión. La experiencia [Poister, T.; Pág. 253]  en curso con sistemas de gestión del rendimiento puede informar a los planificadores estratégicos sobre las expectativas realistas, oportunidades y limitaciones respecto los intentos de fortalecer el desempeño de un determinado programa de su contexto operativo de manera que puedan ayudar a pensar estratégicamente sobre otras opciones programáticas en el largo plazo.

3. Conclusiones
            Hoy más aún, urge la implementación de herramientas administrativas como es la planeación y gestión estratégicas en nuestras instituciones públicas, con el fin de asegurar los servicios públicos. Y es que la planeación ayuda a definir y realizar objetivos/futuros deseados en condiciones de escasez de recursos  y la estrategia consiste en definir y realizar objetivos/futuros deseados en condiciones de adversidad, rivalidad o competencia. La combinación de estos dos términos permite aportar a la estrategia el sentido de largo plazo.
            Es importante tener presente que toda está planeación estratégica, no tendría sentido si no se ejecuta correctamente, por medio de planes a acciones orientados a fines y a la producción de resultados favorables, los cuales se monitorean o controlan por sistemas de medición para analizar las desviaciones positivas o negativas para activar las correcciones del caso. Además es importante estos mecanismo de control, para establecer canales de comunicación con los usuarios para plasmar los logros de la gestión pública en este caso.
            Es imperativo la aplicación de estos mecanismos administrativos para respaldar una nueva gestión pública, que garantice la eficacia y eficiencia de los procesos/productos a los usuarios. Desde luego, debido a la implementación se establecen ventajas competitivas que diferencie cada nación para construir alianzas ganadoras, y así aprovechar las cadenas productivas que articule todas necesidades de empleo, educación, salud, etc.

4. Bibliografía

Aguilar Villanueva, Luis (2011): Gobernanza y gestión pública. Editorial FCE. México, D.F.
Cejudo, Guillermo (2011): Nueva gestión pública. Editorial Siglo XXI, México.
Poister, Theodore (2010): The future of strategic planning in the public sector: Linking strategic management and performance. Public Administration Review. Georgia State University, USA.




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