viernes, 9 de junio de 2017

Los fundamentos institucionales de la GP

1. Introducción

            La administración pública entendía como el conjunto de áreas del sector público del Estado que, mediante el ejercicio de la función administración, la prestación de servicios públicos, ejecución de obras públicas y la realización de otras actividades socioeconómicas del interés público, trata de lograr los fines del Estado. Desde luego, este ejercicio se surca con la ejecución ya sea bien o mal, cumpliendo las normativas vigentes.
            Ahora bien, el uso correcto de decisiones y prácticas administrativas da como resultados un mayor competencia en el sector. Este es motivo por el cual, se quiere revisar conceptos actuales para entender como ese conjunto de acciones construyen la gestión pública.
            La gestión pública es el núcleo de las capacidades de gobierno, conjunto de habilidades, conocimientos y pericias, los cuales consiguen resultados favorables que demanda la sapiencia técnica y tecnológica. Además vamos ilustrar sus  yerros y aciertos de esta herramienta.

2. Desarrollo
            Es fundamental conocer que un Estado [Fernández Ruiz, J, Pág. 8] es un ente complejo compuesto por elementos de diversas naturaleza, la difundida definición tripartita del Estado señala dos elementos tangibles: población y territorio, más un elemento ostensible: el gobierno. Este Estado tiene diferentes formas cuya finalidad se logran mediante la realización de diversas actividades como, funciones públicas, servicios públicos , las obras públicas y actividades económicas.
La función pública [Fernández Ruiz, J, Pág. 50] son las diversas formas bajo las cuales se manifiesta la actividad dominadora del Estado; dictar la ley, por ejemplo, es uno de los modos de ejercicio de la potestad estatal. Los servicios públicos, debe de satisfacer las necesidades del usuario de carácter general, [Fernández Ruiz, J, Pág. 61], entraña la aspiración solidaria de poner al alcance de todo individuo, al menor costo posible y bajo condiciones que garanticen su seguridad.
La obra pública, se puede verse como [Fernández Ruiz, J, Pág. 70] acción moral, labor desarrollada por algún sujeto, o trabajo requerido para la ejecución de una cosa.
            Es claro que todas estas funciones le es necesario ordenarlas, controlarlas, planificarlas, etc.; por medio de acciones administrativas; y es ahí donde surge el concepto de administración pública, [Fernández Ruiz, J, Pág. 280] Marshall Dimock afirma "tiene relación con los problemas del gobierno. Si la administración publica tiene relación con los problemas del gobierno, es que está interesada en conseguir  los fines y los objetivos del Estado. La administración publica es el Estado en acción.
La administración pública, [Fernández Ruiz, J, Pág. 280], entendía como el conjunto de áreas del sector público del Estado que, mediante el ejercicio de la función administración, la prestación de servicios públicos, ejecución de obras públicas y la realización de otras actividades socioeconómicas del interés público, trata de lograr los fines del Estado.
            Está administración publica tiene mayor o menor impacto, debido a su gestión. En el sector privado las ganancias monetarias, incrementos de acciones bursátiles, etc.; y en el publica calidad de políticas publicas, programas socioeconómicos, etc. Desde luego, la importancia de la Gestión Publica tiene su connotación a raíz de todo lo anterior.
Es ahí la relevancia [Uvalle Berrones, R; Pág. 1] tiene como sustento que se relaciona con las capacidades que las instituciones gubernamentales tienen para asegurar las libertades modernas, la democracia política, la calidad de vida y el bienestar continuo.
            La gestión pública [Uvalle Berrones, R; Pág. 3]  es el punto medular para valorar las capacidades gubernamentales y administrativas, pues a través de ellas es posible la consecución de los fines públicos que dan vigencia, eficacia y legitimidad a los sistemas políticos que han institucionalizado los valores de la democracia.
Este enfoque de la gestión publica es idealizada, la verdad es la decadencia de muchos factores institucionales y humanos, que han surgido señales de vulnerabilidad y crisis, manifestando conflictos, como es el caso de ingobernabilidad derivada por una mala gestión [Aguilar Villanueva, L; Pág. 54] en el intercambio desigual entre capital y trabajo. Este peligro no es en la estructura constitucional del Estado, sino más bien, concierne a la capacidad de gobernar. Esta falta de capacidad de las instituciones de implementar las funciones y programas legítimamente, es el [Uvalle Berrones, R; Pág. 4] talón de Aquiles cuando no generan resultados favorables  y con ello fermentan que los índice de la legitimidad ingresen a los caminos que tienen focos de alerta. Muchas de las naciones latinoamericanas tiene todas las señales muy claras, pero por falta de  estrategia  y voluntad política nunca se atenderán estos baches  en la gestión nacional. Es frecuente en estas latitudes actos de corrupción, tráfico de influencias, abuso de autoridad, aumento de la pobreza, etc.; muestra una raquítica gestión pública, que en resumen una pérdida de músculo de acción. 
            Muchas de las ineficiencia en la gestión publica han sido adoptadas por una participación ciudadana, encauzada ya sea por ONG y el sector privado. La sobrecarga [Uvalle Berrones, R; Pág. 4] de las demandas sociales y políticas no encuentra respuesta institucional eficaz para que sean enrumbadas mediante la definición entre las demandas en competencia y la capacidad instalada de los Estados. Es sano tener una gran representación ciudadana activa y organizada para que cumpla un papel más protagonista en el desarrollo de políticas publicas y no permitir [Uvalle Berrones, R; Pág. 5] al sobredimensionado del Estado, es un objetivo que se proclama para ensanchar la vida pública.
            Las políticas públicas son un factor común de la política y de las decisiones del gobierno,  se puede: acotar las discusiones políticas, diferenciar problemas y soluciones de manera específica, precisar las diferencias, vincular los temas a soluciones más amplias o secuenciales, plantearse esfuerzos compartidos, participar de manera específica. La aportación  de la gestión publica [Uvalle Berrones, R; Pág. 5]  a las instituciones consiste en que suministra los medios,  los recursos y la capacidad instalada de los gobiernos para dar cumplimiento a las tareas de interés común. 
La gestión de las políticas [Uvalle Berrones, R; Pág. 6] es una de las tareas que tienen relevancia en los contextos de las sociedades abiertas que son el producto de los valores democráticos y del espíritu intenso de la vida pública. Es ahí donde se concatena la participación ciudadana y la política publica para hacer política participativa con un enfoque más holístico y social, permitiendo la legitimidad y eficacia de las acciones del gobierno.
Es claro que la institucionalidad de ve favorecida por las buenas prácticas de la   gestión publica, la cual suscita resultados congruentes con los propósitos establecidos en los planes de acción , y por ende la calidad del desempeño [Uvalle Berrones, R; Pág. 8] es la clave para identificar la aceptación o el rechazo de los gobiernos por parte de los ciudadanos.
            Es importante recalcar que [Aguilar Villanueva, L; Pág. 322] la gestión  calidad su insistencia en mejorar y asegurar la calidad de los servicios gubernamentales si discutir y ponderar previamente cuales son los servicios que generan realmente valor publico a los ciudadanos y a sus comunidades y los preparan para enfrentar con éxito los restos del futuro, puede insensata, dispendiosa y hasta contraproducente. La política de calidad sin visión estratégica corre el riesgo de asegurar y hasta certificar la calidad de bienes y servicios que son anodinos, triviales los cuales debería ser cancelados de inmediato.
Cuando el desempeño es de calidad es indiscutible [Uvalle Berrones, R; Pág. 9] significa que los planes y las políticas públicas son congruentes en cuanto a estructura, contenidos y acciones, lo cual es indicativo de que la gestión publica ha respondido con lo mejor de sus capacidades.
Es fundamental que la calidad institucionalidad [Aguilar Villanueva, L; Pág. 418] no se puede olvidar o menospreciar que la legitimidad política de un gobierno ante sus ciudadanos no reside únicamente en su capacidad gerencial de prestar servicios públicos de calidad, sino también en su capacidad institucional de operar conforme a la legalidad y ser ajena a formas de corrupción.      
            La gestión pública [Uvalle Berrones, R; Pág. 14] no es avalorativa ni antivalorativa; por el contrario, su contenido es valorativo y comprometido con los fines del Estado y los objetivos de la Administración Publica, lo cual significa que su utilidad técnica y tecnológica se orienta al cumplimiento de fines políticos y públicos.

3. Conclusiones

            Hoy por hoy existe un efervescencia  en la participación directa, no solo en la formulación de las demandas como normalmente juega la ciudadanía, sino en su gestión, es decir en sus formas de solución e implementación de acciones, además, también en la evaluación de su impacto; es ahí donde surgen grupos sociales involucrados en las solución de sus propios problemas, que maneja o realizan un estrecho seguimiento de los avances, recursos y resultados finales.
            Tenemos un aparato administrativo incapaz de responder eficazmente a las demandas de la sociedad debido a su gestión, entorpecida por política burocrática convirtiendo al gobierno obeso, sin la flexibilidad necesaria para atender los retos y desafíos de una sociedad más compleja, sedientes de respuestas expeditas a sus necesidades locales y naciones.
Vivimos  una crisis Estado-ciudadanía en muchas naciones latinoamericanas, obligando la aplicación de una gestión pública como bálsamo a  las heridas de flagelo perenne; además como instrumento garante a un mayor participación como sosiego de los desaciertos políticos.
            Lo más importante, es tener presente que cada ciudadano es responsable de la interrelación gobernante-gobernados, esforzando la participación no solamente en el proceso electoral sino más socio estratégico político. Gracias a la gestión pública, permite arrollarse las mangas tanto para proponer como para accionar, siendo este el catalizador para tener resultados eficaces y eficientes, además con la calidad.


4. Bibliografía

Aguilar Villanueva, Luis (2011): Gobernanza y gestión publica. Editorial FCE. México, D.F.
Fernández Ruiz, Jorge (2011):  Derecho administrativo y Administración Publica. Editorial Porrúa. México, D.F.

Uvalle Berrones, Ricardo (2002): Los fundamnetos institucionales de la gestión pública. VII Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública. Lisboa, Portugal.


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